Motivos de consulta más frecuentes

  • Mi hij@ no pronuncia la /r/.
  • Mi hij@ cambia la /r/ por la /d/ o /l/.
  • Mi hij@ pronuncia las “eses” como “zetas”.
  • ¿A qué edad debe hablar mi hij@ correctamente?

 

¿Qué es una dislalia?

El término dislalia hace referencia a una alteración en el habla. Es la dificultad para producir uno o más sonidos (vocálico y/o consonántico), tanto de forma aislada (fonético) como en palabras (fonológico). El error se produce de manera constante, independientemente de la modalidad de habla. Existen otras terminología para denominar este mismo trastorno del habla, tales como: trastorno articulatorio, trastorno fonético o error residual del habla.

Clasificación de las dislalias

Según su criterio etiológico, las dislalias se pueden clasificar en:

  • Dislalia orgánica: asociadas a malformaciones orofaciales (disglosias) o a lesiones en el sistema nervioso central (disartrias).
  • Dislalia funcional: es un trastorno fonético y secundariamente fonológico que afecta a la producción de los sonidos del habla. No tiene causa determinante y precisa que se la justifique, se produce debido a un uso ineficaz del mecanismo articulatorio, cursa con edad inadecuada y/o presenta rasgos de estabilidad.
  • Dislalia evolutiva: se manifiesta a través de la evolución del lenguaje. Se produce a consecuencia de la inmadurez neurológica y/o cognitiva propia de la edad del niño.
  • Dislalia audiógena: asociada a un déficit auditivo, en la medida en que la audición es un prerrequisito para la adquisición del lenguaje oral.

Sintomatología

La articulación defectuosa es el síntoma fundamental, a través del cual se manifiesta la inmadurez o dificultad funcional que presenta el niño. Su lenguaje estará más o menos afectado según sea el número de fonemas a los que se extienda la dislalia. En general, la palabra es fluida, aunque a veces puede llegar a hacerse ininteligible por las continuas deformaciones articulatorias. La imposibilidad de realizar una pronunciación correcta se manifiesta con errores como:

  • Sustitución: el niño produce un fonema en lugar de otro, habitualmente un fonema con menor complejidad articulatoria para él. Ej.: dana por rana.
  • Distorsión: el niño produce un sonido de una forma distorsionada e incorrecta, generalmente aproximado al fonema correcto. Suele deberse a una posición errónea de los órganos fono-articulatorios, a una falta de control de soplo o coordinación, entre otros. Ej.: una /r/ francesa (gutural) en lugar del fonema /r/ con punto y modo de articulación en castellano (vibrante múltiple).
  • Omisión: el niño no articula (omite) el/los fonema/s que no domina. Ej.: toate por tomate.
  • Inserción/adición: para facilitar la producción, el niño añade/inserta otro fonema (fonema puente). Ej.: calase por clase.
  • Inversión: el niño varía el orden de los fonemas en la sílaba o en la palabra. Ej.: chueltas por chuletas.

Efectos psicológicos de las dislalias

En general, entre las edades de 4 a 6 años, el niño no se da cuenta de su defecto y cree fundamentalmente que habla bien. Es aproximadamente hacia los 7 años cuando empieza a reconocer su problema por dos vías:

  • Experiencia personal del lenguaje.
  • Las risas, chistes, y comentarios que suscita su forma de hablar entre las personas que le rodean.

Ante esta situación puede tener varias reacciones, desde sentir frustración, manifestándose en forma de agresividad, hasta retraimiento y timidez, en cuyo caso evitará todos los contactos y posibilidades de relacionarse con los demás, disminuyendo así la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de superación.

Cuando el niño en situación escolar presenta este defecto de articulación, supone, por lo general, un hándicap para su integración social en el grupo y para conseguir un rendimiento en proporción a su capacidad, fundamental para la adquisición del lenguaje oral y de la lectoescritura.

Evaluación

La evaluación conlleva el establecimiento de unos objetivos (para qué evaluar), la explicitación de unos contenidos (qué evaluar), la planificación de un procedimiento (cómo evaluar) y la concreción de una persona (destinatario).

Las áreas a evaluar por el logopeda en un niño con dislalia serán:

  • Desarrollo.
  • Comunicación.
  • Habla.
  • Fonética y fonología.
  • Motora.
  • Respiración y fonación.
  • Desarrollo personal y emocional.

Los instrumentos para la evaluación logopédica pueden clasificarse en dos grupos: estandarizados (formales) y no estandarizados (no formales).

Diagnóstico

Resulta crucial conocer, detectar y diagnosticar precozmente las dislalias. Algunos de los indicadores que pueden favorecer este diagnóstico precoz son:

  • Reducida adquisición de fonemas para su edad evolutiva.
  • Patrones práxicos inestables.
  • Dificultades en inteligibilidad (impropias de su edad).
  • Presencia de un patrón de discriminación auditiva pobre.
  • Memoria auditiva inferior a la media estándar de su edad.
  • Un número de errores fonológicos inadecuados para su edad cronológica.

El diagnóstico diferencial entre la dislalia y el resto de trastornos que afectan al habla del niño sigue los criterios de clasificación.

Intervención

El profesional que debe intervenir en la prevención, evaluación, diagnóstico e intervención en las dislalias es el logopeda. El logopeda brindará asesoramiento personal y pautas de tratamiento indirecto a los entornos y contextos sociales que rodean al niño, es decir, entorno familiar y educativo.

 

Juan David Morena Blanco,

Logopeda Clínica Innovasalud